La Tierra posee una enorme
cantidad de energía en su interior. Una muestra de ellos lo constituyen, por ejemplo, los volcanes o los géiseres. En general, es difícil
aprovechar la energía térmica. Sin embargo, existen puntos en
el planeta en los que se producen anomalías geotérmicas, dando lugar
a gradientes de te
mperatura de entre 100 y 200ºC por kilómetro. Es en estos puntos donde se puede aprovechar esta energía.